"cada impulso que intentamos
aniquilar germina en la mente
y nos envenena
Oscar Wilde."
1
su nombre era de un exquisito griego,pero pronunciado con el esforzoso francés del corazon,Aline.
Aline consagraba mi unica verdad,pero ella insistía en que a su nombre le faltaba el toque artístico de la larga asonancia... y por eso no estaba conforme ni con su propio nombre.
Esa era el alma perfeccionista y esquinada en complejos que consagraba mi completa idolatría ¿y que mas necesita un nombre sino esas vocales de fresco aliento y delicioso pronunciar? ¡Aline! ¡Aline!, atrona en mi memoria, atrona en mi imaginación.
Aunque siendo su etimología el reflejo involuntario de su propia actitud exigente, Aline nunca lo fue conmigo como lo era con ella misma; me veía en el pedestal de lo impecable, pero yo, entendía que a pesar de todo aquello, no era merecedor de ese amor consustancial que me daba, era difícil de comprender el cómo llegué a este puesto tan importante en su vida.
Desde hacia años -los únicos que a pesar de todo son los que prefiero recordar-pensaba que mi despertar impío, la negligencia ajena como factor de mis errores, aquella tempestad moral, la realidad infame de lo que antes consideraba una inspiración...era lo que me formo el carácter arisco por el cual soy representado como aquel para quien todo "es o no es"...o se hace o no se hace, pero nunca se intenta. o se decide ahora o no se decide, pero nunca se medita. o se toma o no se toma, pero nunca cabe arrepentirse... nada era suficiente, nunca bastaba, nunca volví a sentir lo que era conformidad, o bien sea para resumir este enervante recuerdo, lo que era felicidad.
Aline impactó con su inmaculada aparición. porque fue lo unico en mi vida, en estos ultimos años, que rebasaba toda ponderación. y mas aun, cuando por razones tan oscuras como ninguna otra mas que la mia propia, podia sentir como ella veía -de manera exepcional- aquello que estaba implícito en mi. y con esa mirada disolvió la embolia de aquel prejuicio inextirpable que amoldé a mí con rendicion y por la atención que suponía me daria el martirio, pero que nunca llegó... y enterrando inevitablemente con barba, acerbidad y años la tierna dulzura que execraba mi prematura orfandad, jamás, creí -a dulces penas- que lo que curaría a esta alma letárgica sería la completa correspondencia empática de un amor con las mismas malaventuranzas.
y así de positivista fue el hermoso resultado algebraico de nuestras condolencias, aquella desafortunada soledad y hermetismo nos unió de manera tan mórbida e insólita como solo el amor puede...
-¿aún sigues despierto?-su murmullo cerca de mi oído relajó los músculos prensados que me mantenían enhiesto sobre la almohada.
Hallándome en esta actual circunstancia no puedo entender cual es el principio de esta tragedia; aquel temor atávico que me mantenía estático esa noche es el mismo que mantiene perpetuamente abiertos mis ojos.... ¿y que falta? ¿por que mi cuerpo prensado ésta noche no se relaja?
¡Aline!¡Aline!..¡atronas en mi memoria!¡Aline! no me halle en un principio y ahora solo queda el fin...
Centellando los recuerdos en el abultado espectro lluvioso frente a mis fruncidos ojos me jugaban trucos... haciéndome creer que por fin se cerraban de ese anatema y yo volvía a sentir y estar con la única preocupación de prevalecer junto a mi vital y glorioso impulso exultante.
Y eme aquí, en el resbaloso confín del inmanente ¡in extremis! me rindo y me declaro el asesino culpable aunque no lo sea, porque en el cenit de ese espectro esta mi reflejo. pero una vez cerrados, alejándome así con un paso en aquel confín de todo sufrimiento subcutáneo, caí en la canícula del fervor mismo que entregó mi alma a ese sentimiento... -¿no duermes amor mio?- y me abrazó y pude dormir entre las gotas. Aline, Aline, Aline, Aline...
atronas en mi imaginación.
2
En la mañana, siempre, el frío me alenta un poco.
En todas las oportunidades en las que me acarrean sus consecuencias no diferencio entre lo que son cinco minutos y una hora y media.
Apenas logró entre abrir mis ojos la empañada y condensada obligacion etérea. por inercia giré a ver la ventana a mi derecha. mis ojos se contrajeron al atisbarme con los potentes hilos de luz que titilaban entre la vieja persiana descosida. hoy el sol que se colaba sobre mi-cruel como siempre-se veía mas brillante que ayer.
empece a tocer seguidamente...ya se habia prolongado el lapso en el que no me hubicaba en la realidad. con cada contraccion de la tos y con cada fuerte parpadeo que me hacia dar, mas y mas, se sobreponía la importancia que tenia esta mañana en el calendario..detestaba esta justa parte de despertar.
recordandola me alarme revolcando las piernas hasta desenredarme de las sabanas... la impulsividad lanzo de un lado la colchoneta donde dormia.
me arrastre entre ropa sucia, cera de vela adherida, papeles, colillas...sin poder liberar mis pies aun...varios escombros se clavaban en mis rodillas.
la gran cantidad de restos de cajas de cigarrillos y papeles rotos en todo el suelo me intrigaban...¿hasta que hora me atacó en insomnio?
corri las monos por las mangas del abrigo y ajusté las inmundas botas de guerrilla.
¿como es posible que me dejara llevar de esa manera? ¿cuando alcanzaré a tomar conciencia de que es necesaria la minima decencia de dormir en mi cama? ¿de tener un horario?...ella seguramente tiene uno... estoy seguro. ojala me alcanzara el tiempo para arreglarme un poco...¿una afeitada rápida?
habia un espejo con una pequeña repisa en la pared del fondo.
no estaba tan mal...bordee mi barbilla con los dedos. tan solo era incipiente.
¿seré tan inadaptado como creo para que aun a estas alturas de la madurez, casi siendo un adulto, no le encuentre el sentido a la inclinación de todos por farolear siempre un rostro bruñidamente pueril?
o quizá ¡solo quiza! comprendo más asequiblemente lo fastidioso y tedioso que es pasarse por el rostro un cuchillo todos los días.
el esteticismo debió quedarse encallado en el pesado siglo XIX....¡toda esa vanidad que la sociedad reclama aun en situaciones tan difíciles como la que quema las suelas hoy en día está mas cansina que la obligación que antes me imponían todos los santos domingos!
no quisiera ser mal interpretado, si es que hubieron malas interpretaciones... pero, si todo lo que es correcto es metódico, y queremos ineludiblemente lo correcto odiando lo metódico...entonces, la comodidad que sentimos al ver de frente a un sujeto hecho y derecho en éstos aspectos ¡es todo un sofisma!
me encantaría saber si alguien -porque debe haber alguien- palpó éstos raciocinios también y los encuadernó en piel...¡quizá! leyendo sus conclusiones no pierda tanto tiempo pensando incongruencias así una y otra vez cada mañana que pase la mirada por un espejo.
me he vuelto un soñador...
paradójico ¿no es verdad?
es decir... mis ojos, de un gris neto, fulminan con luces de noctámbulo rodeadas de la mácula que quedó de lo que una vez fueron mis párpados.
pero los soñadores, necesariamente, no son solo los que duermen.
he cambiado mucho, me he vuelto un soñador.
podria decirse, en realidad, que me ha vuelto un soñador; me ha infundido la virtud divina de soñar despierto, y con la virtud del ensueño desaparezco lo metódico.
inspiré profundamente...abotoné el abrigo y tomé la bufanda antes de que volviesen a distraerme imbricadas cuestiones oníricas una vez mas.
al cruzar la puerta me impresionó la idea de sentirme entrar en uno de los paisajes de Turner.
la luz, como en sus paisajes, filtrada entre el polvo del techo de cristal y el frio vapor que corria en colicion con el caliente del fondo, cual agua y aceite, tornaban todo de gris plata.
la livida atmósfera dejaba impresiones de decaimiento en triste perpetuidad...no se escuchaba nada, solamente, en la prolongada estadía, el susurro de la galimatía.
cerré la puerta lentamente, casi asombrado de haberme atemorizado con ver este escenario que recorro a diario. caminé sobre la tierra oscura y petrificada donde se alzaban todos mis proyectos arenosos sin terminar.
a los ojos de algún hermitaño o algún científico loco este lugar seria encantador.
siendo de caracter corolario, no era de extrañar que por todos lados, entre los proyectos macisos, las cerámicas blancas rotas y heladas en su arcaica totalidad, los arbustillos oscuros, las enredaderas espinosas y la luminiscencia de algunos diminutos coterráneos flotantes, hayan un sin fin de cosas y escombros.
arrastré a un lado los trozos mal cortados, aquel herrumbre de alambre de mi camino y tomé la manilla de una segunda puerta.
inspiré nuevamente y le dí un ultimo vistazo a la estancia: en el amanecer el sol solo llegaba a caer sobre la choza como un reflector introductorio, revelando con su estática proyección, cortante y fija, como el polvillo y la arenísca suspendida ensuciaban su luz como las gotas al viento. desde los cóncavos cristales caía la lenta condensación sobre esos modelos informes, altos modelos ¡infames! que evocaban una estilización mórbida al sitio, como en reclamo lloroso al cielo se erguían sobre sus almabres. y los veia y no podia explicarme por que ellos lloraban de esa forma hoy.
¿sería mi culpa? a decir verdad, eso me tenía sin cuidado, no porque mi corazón sea de recluido ácido, sino porque ellos me abandonaron primero a pesar de ser mis creaciones.
cerré la puerta saliendo del lugar.
languidecí en un segundo gélido mientras caminaba por el pasillo principal hacia la puerta de entrada, bajando la mirada para no cruzarla con los retratos que colgaban, uno seguido a otro a mi derecha y a mi izquierda.
solo unos pasos mas y no tendria que doblegarme a ésta repentina disidencia que extrañamente afrontaba hoy ¡a un cerrojo de distancia! la presión de sus ojos a mis espaldas era terrorífica, la alteración sucumbió el equilibrio de mi coordinación y finalmente con el ruido de mis llaves chocando contra el suelo se disgregó el terror surrealista.
entre las jambas del portal abocinado de la fachada de mi hogar suplicaba fuerza con autonergucia, casi sin entender por que, pero aunque estaba decidido a ir diría que algo tan inefable como que ese polvo de la época progenitora se une tan fuerte como el charol tiñendo de sepia este marmol recto y misantropo yo, sea por las miradas que me dieron mis compañeros -o mis extrañas fijaciones fetiches, como se prefiera acatar es igual- de camino a atravesar la puerta de salida de la cual ahora estoy tan aferrado como ese polvo antiguo a ese marmol, o sea por parafernalias en mi corazon que luego de todos estos años encerrado en la inedia de éste convento aun duda si esta listo ¡o mas bien dispuesto! a dejarlo, temo.
las estatuas y los retratos hoy lloran y me juzgan con sentimientos muy egoistas. cerré los ojos profundizando la reflexión para comprender que el temor lo tenían ellos en realidad. conocian de que se trataba de alguna manera mi repentina felicidad imprevista, temían que pudiese llenarme de la alegria que ellos no me dieron. pues entonces será que sintieron como mi mente se transformaba en un arriate del cual florecerían aquellas emociones clandestinas que me diferenciaban de ellos.
y asi era, y seguirá siendo.
